MIS DISCOS DE LA DÉCADA (del 5 al 1)

# 5 # DEEP CUTS (2003) – The Knife

 

Mi pasión desaforada por todo aquello que me gusta no encontró límites cuando descubrió que la música experimental podía dar también en la campana de la emoción. Cuántas veces soñé que la Rubia descarriada pudiera ser producida por estos suecos gracias a este cd. Una forma distinta de entender la música, así de simple, no había encontrado antes una amalgama de instrumentos electrónicos tan bien desordenados ni una voz tan desagradable que pudiera dar tanto placer y me hiciera bailar tan a gustito en los salones de los amigos. El modernismo empaquetado y a la venta por 20 euros bajo títulos como “Heartbeats” “Pass this on” o “You make me like charity”.

 # 4 # ARCADE FIRE (2004) – Arcade Fire

 

A gritos y con la vena hinchada vuelvo a proclamar que este decadente contrucción de música à la Big band, no es sino un conjunto de estrellas propias. Unas canciones densas, complejas con matices áridos, sonidos, melodías de alegría y de pena. Qué no se esconderá detrás de las letras de “Neighborhood 1 & 2” o la agraciadísima “Wake up”. Mucho tiempo antes de que la música independiente me interesara lo más mínimo, cayó en mi ordenador gracias a los favores que Dios Bowie les hizo a los canadienses este disco, pero no les hice ni puto caso, hasta que un buen día, un violín, una voz, un grito, una conjuncion, vaya usted a saber qué, me iluminó. Ahora vuelvo a creer. Su continuación “Neon Bible” me hizo reafirmar la fe.

# 3 # I AM A BIRD NOW (2005) – Antony and the Johnsons

 

No os pasa a veces que algo que tú solo conoces, quieres que se quede para compartir sólo en un círculo reducido y que cuando la vorágine del mundo comercial lo descubre te sientes en parte violado. Algo así ocurrió cuando después de años saboreando en mis turbias relaciones sentimentales la canción que abre el disco “Hope there´s someone” como alegoría de lo que vendría después, fue utilizada en bandas sonoras, perfumes de colonias y como canción de San Valentín. Afortunadamente la inmediatez, y también virtud, de este primer single, no es una característica del resto del álbum y las masas huyeron despavoridas ante la delicadeza y la difícil estructura de canciones con tinte clásico como “My lady story” “For today I´m a boy”o “Fistful of love”. Un disco que ha supuesto, como ya he dicho muchas veces, el nacimiento de un nuevo mito.

# 2 # AMERICAN LIFE (2003) – Madonna

 

Si alguna vez publicara un álbum, quisiera que sonara como este. Un álbum sincero en el que Madonna enseñó más de lo que nos tiene acostumbrados, por eso supongo yo que estará más dolida con su legión de talifanes, porque fue el disco menos comprendido desde la época “Erótica”. Gran culpa de esto la tuvo la peor campaña de marketing que recuerde el lanzamiento de un disco publicado internacionalmente, nada, ni la portada radical con tintes políticos, ni el nuevo moreno de la que siempre debe ser rubia, ni la retirada del precioso vídeo de su primer y erróneo single “American Life” fue un acierto, todo un cúmulo de despropósitos que privó a la multitud de deleitarse con temazos tan redondos, tan (repito) sinceros y naturales como “Mother and Father” “Love profusion” “Intervention” “I´m so stupid” o “Hollywood”, un pequeño LP que confirma que Madonna es quien es, y que ha llegado donde está gracias a vender su alma al papel couché. Una pequeña colección de canciones pop, justo lo que se espera de la Reina del Pop.

 # 1 # HEATHEN (2002) – David Bowie

 

Mi imaginario particular se agrandó gracias al anexo que David Bowie me instaló en algún lugar de la materia gris. Su disco más celebrado desde la publicación de “The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars” contiene la quintaesencia de la producción, es también espléndido en ironía que tilda  las buenas melodías y está pensado con una coherencia compacta que quita el hipo. Canciones tan fulgurantes de metralla maliciosa como “Cactus” “Sunday” “Slow Burn” no son sino perlas en un jardín de nacar. La voz de barítono de Dios Bowie se pasea desnuda por todo este inmenso disco que vuelve a mi reproductor de música cada quince días. Todo en “Heathen” es acertado, su libreto envenenado, la inquietante y cautivadora foto de la portada… el arte que David Bowie imprime a todas y cada una de sus canciones…una maravilla de la creación musical. Sin dudarlo ni un segundo, mi primer disco de esta década, por lo que supuso, por lo que supone y por lo que supondrá: In Bowie we trust. Eimén.