DANZA. «ROSAS DANST ROSAS» EN MADRID. UH! OH! UH! AAHHS!

(c)_Herman_Sorgeloos04

El festival de Otoño de Madrid, es un acontecimiento cultural sin par en la capital. Su programación lleva años (muy apesar de los políticos) de programación impecable donde las mejores piezas y dramaturgos pugnan por llevarse el aplauso de un público que acude en tropel a las salas cegados por las mejores críticas de la prensa internacional especializada. Esa crítica que lo dice todo entre dientes.

Ayer utilicé mis encantos de imán, para congregar alrededor de mis ideas a los amigos en la sección de danza del festival y en los nuevos teatros del Canal. Era mi primera vez en esos teatros (son dos salas en un mismo edificio) El teatro no está mal, no es gran cosa, bonito diseño y asientos cómodos pero el anfiteatro está a 1.000 kilómetros del escenario y la cafetería es peor que una mezcla entre la de un hospital y una facultad de derecho. En cuanto a la acústica, ayer no puede hacerme una idea. 

La compañía belga ROSAS, encabezada por la coreógrafa y bailarina Anne Teresa des Kermaeker estrenaba  por primera vez en Madrid una obra clásica que fue estrenada en 1983.

Minimalismo puro y desprovisto de artificios, una música machacona y cuatro bailarinas, sillas y zapatos. Cuatro partes  bien diferenciadas. La primera y más emocionante sin música. Cuatro mujeres emulando los movimientos del sueño, así se me antojaba a mí. Movimientos espasmódicos, una compenetración y más horas de ensayo que viejo es el mundo, sorprendía a un público que se lo pagaba con toses nerviosas e incluso me atrevería a decir que un pedo de algún respetable en mitad de la actuación. El silencio era perturbador, incómodo, un silencio no apto para todos los públicos. La belleza mínima y los sentimientos que salpicaban desde las tablas me mantuvieron con una cara de horror asombro y expectación esos primeros veinte minutos.

El programa ya avisaba de que la obra no era apta para todos los públicos y tras los primeros 40 minutos la desbandada de las primeras filas fue considerable. Una pena, y eso que los que primero se marcharon fueron un grupo de jóvenes actores que vociferaban para que todos supiéramos antes de empezar la actuación que ellos eran actores y nosotros no.

La segunda parte, un juego de sillas y una música de percusión machacona hicieron mis delicias. La misma estructura durante toda la actuación. Un número de movimientos matemáticamente repetidos en espacios distintos y de la misma forma. Un engranaje de reloj suizo, tal vez distorsionado por la poca emoción de una de las bailarinas.

 El tercer acto no captó tanto mi atención y me hizo volar fuera del teatro, algo que detesto. Supongo que la música algo más armónica y unos movimientos más dulces no me interesaban tanto como los espasmos de las dos primeras partes.

Por último un cuarto acto que resultó el tercero en emoción. Y fin.

Para sorpresa nuestra de las cuatro bailarinas una de ella estaba desganada, fue una risión comentar después con los amigos, comiendo huevos rotos con chorizo, cómo la más vieja pelleja de las bailarinas estaba asqueada y como sin ganas. Para nuestra sorpresa a la que tanto vilipendiamos y con la que tanto nos metimos y reímos se trataba de la mismisima Anne Teresa.

Esta mañana cuando he descubierto que esa bailarina que tan mal lo hacía y que no guardaba ningún respeto por el escrupuloso trabajo de sus otras tres compañersas he pensado en REM cuando ejecutan en directo «Losing my religion» y el hastío que deben sentir ante tanta repetición.

Rating: 8/10

4 respuestas

  1. pues no serían todos tus a-mi-gos los q fueron pq YO no fuí, afortunadamente eso sí, pq por mucho q lo quieras maquillar menudo PESTIÑO. Vamos!!!! q stando como stoy voy a eso y creo q salimos d allí por la puerta chica, menuda la q hubiera montado, a la otra por no bailar y a tí por proponer algo tan MODERNO q eres una moderna y no puedes ir a algo normalito.

  2. pues no eras tú la que se vino de Córdoba para ser moderna!!! Y nos encantó a todos. Fue gozoso y luego dió para muchas risas de cañeos durante la cena. Ea! Y no te dije que te vinieras porque como estás cómo estás….ea, ea!

  3. Pues a la luz de su ‘thumbnail’ uno diría que se equivocó usted de espectáculo otoñero…

    En la vibrante «Isabella’s Room» de Jan Lauwers, hasta ayer en el Español, su bienamado Bowie era presentado como GOD y todos pudimos deleitarnos con un espectáculo de culturismo (de musculitos, no de culturetas) al ritmo de «Rock’n Roll Suicide».

    Ahí le dejo un link para que se coma los muñones durante la próxima semana por haberse perdido tan magno evento:

  4. Hoy domingo hubiera sido buen momento para disfrutar de tanta int-densidad.

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